|
ESTACION DE SAN FERANCISCO DE MOSTAZAL |
Los pueblos, puebluchos y aldeas nacieron al lado de la vía férrea, al lado de patios de estaciones, muy cerca de los rieles que dormían en una cama de durmientes y que diariamente el caminero de vías y obras cubría su sector caminándo sobre ellos atisbándo el más mínimo detalle que dejaba marcado y anotado en su bitácora grasienta y sucia para informar a su jefe su inmediata reparación . Era este un hombre que dedicaba sus horas de trabajo con sol. lluvia. viento o nieve, con un frío que congelaba hasta los pensamientos o con un calor que derretía hasta los sesos, pero ese era su trabajo y lo hacía con responsabilidad, por lo que siempre era posible verlo caminándo por la línea, cabeza gacha como hipnotizado, mientras veía pasar raudos trenes que lo saludaban con un pitazo que el agradecía.Cada caminero tenía su sector 15 o 20 Kilometros de ida y vuelta que debía cubrir diariamente.. En mi larga vida ferroviaria conocí a muchos de ellos, pero hubo alguien que dejó en mi un especial recuerdo y que solo puedo recordar su apellido, Cueto, el piloto Cueto, el caminero Cueto. Un hombre al que lo conocí trabajándo siempre de día o de noche con una voluntad y alegría nunca vista y un gran sentido del humor. Siempre alegre, siempre respetuoso y atento. En verdad Cueto se ganaba siempre el aprecio de todos. Trabajaba entre Graneros y San Francisco de Mostazal y podíamos verlo con sus herramientas al hombre lleno de energías. Tenía dos hijos a los que educó con gran esfuerzo y curiosamente heredaron sus misma cal¡dad humana. En la actualidad ambos son profesionales, uno es médico y el otro ingeniero. Solo hé sabido de él por antiguos conocidos.-.