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martes, 8 de julio de 2008

DE SAN BERNARDO SALI...........

Vine desde San Bernardo a Paine, en donde me desempeñé como Telegrafista Nocturno, a cargo del Tráfico de trenes. Tiempo después asumí la misma función en la Estación de Rancagua, ciudad en la que permanecí por algunos años, en la década de los sesenta. La estación era muy hermosa y aún lo es y por sobre todo en esa época un muy importante centro ferroviario. El clima es benigno, salvo en los meses de invierno. Rancagua en sí poseía un maravillosa atmósfera provinciana y aún era posible entablar conversaciones con desconocidos que se mostraban amables y educados. En la ciudad de ese tiempo destacaban construcciones antiguas y era dable encontrar en pleno centro, casa de adobe y tejas amplias y acogedoras. Sus gentes se desplazaban lentamente, sin gran apuro en medio de negocios atractivos con ambles vendedores que ofrecían variada mercadería. Al regresar después de muchos años pude observar gran actividad con personas que caminan apresuradas, y un incesante tráfico de vehículos y pequeños buses que se desplazan en diferentes direcciones por calles estrechas y siempre pobladas de negocios.En el centro los semáforos son deficientes y para la persona que no está habituada al lugar es posible dudar entre el rojo y el verde por la mala calidad de sus vidrios.
La estación central es un referente por su moderna estructura, como asimismo de estación de la Braden, amplia y hermosa.

RAMAL FERROVIARIO A COLTAUCO.-

La estación de Rancagua, recibía diariamente cientos de pasajeros provenientes del norte y del sur y muchos de ellos abordaban el tren a Coltauco, ramal éste en donde destacaban las estaciones de Loreto, Doñihue y los paraderos Lo Miranda, Punta de Cortés en medio de hermosos lugares con distintos tipos de verde, y paisajes bucólicos, de suaves lomas y caminitos que se cruzaban para conducir a destinos diferentes o a ninguna parte en donde florecían caseríos escondidos tristes o esperanzados en que una importante parte de los hombres se dedicaba a la fabricación de aguardiente, trabajo clandestino que era tenazmente perseguido por la autoridad. Otros se dedicaban a la artesanía y las mujeres a la confección de mantas y ponchos que hizo de Doñihue conocido a nivel nacional- Guardo en mi memoria el nombre del Jefe de estación de Doñihue, Jorge Gannat y el Coltauco de apellido Gutierrez.

COLEGAS COMPAÑEROS Y AMIGOS





Esto, no es un cuento, tampoco es una ficción. En realidad no sé lo que es, solo diré que son hechos, situaciones y anécdotas que sucedieron hace tantos años, tantos, que la gran mayoría de aquellos que en esa época participaron y que fueron actores de una aventura que se escribía día a día, eran jóvenes y otros no tanto. Muchos de ellos serán abuelos y algunos estarán acabados. Seguramente me habré tropezado con más de alguien sin siquiera reconocernos. Además hé acompañado a varios al panteón en medio de familiares llorosos, apenados, entristecidos. Hé sabido de colegas que transitan en el ocaso de sus vidas cargando padecimientos, dolencias y sinsabores, consecuencia lógica y natural de los años, algo a lo que nadie puede escapar.En todo caso, los relatos en que menciono nombres de colegas y compañeros ferroviarios entre los años 55 y 90, no tienen otro propósito que es el de revivir instantes y soplos de mi existencia con reminiscencias y pensamientos envueltos en nostálgicos recuerdos.-

TODO PASA.-

En aquellas jornadas el tiempo era lento. No había prisa y el afán de cada día día era todo un sueño. Los años se fueron amontonándo y no nos dábamos cuenta de eso, bueno hasta ahora, en que he decidido revivir y revisar algo de ese pasado, con evocaciones profundas, añoranzas descarnadas, intensas, en que la felicidad rondaba el corazón y debía convivir con tristezas y penas que después de tanto tiempo corroen el alma y muerden haciéndo zozobrar el espíritu y el coraje. Sé que lo que a continuación leerán carecerá de interés para muchos. Sólo hé querido relatar aspectos y algunos hechos de mi vida para dar salida a inquietudes y así plasmar en éstas líneas, sentimientos, emociones e impreciones íntimas que llenaron una etapa importante de mi existencia, que presenció el acontecer de los años , desde que tuve conciencia.

ANGOSTURA DE PAINE.-

Abrí los ojos en la Angostura de Paine, lugar exacto en que se unen las dos cordilleras, entre el Cerro Chayay y el Cantillana. Ahí en la Estación ferroviaria de Angostura, que ya no existe y cuyo Jefe de Estación era Don Atilano Pérez Moreira
(Q:E:P:D), mi padre se desempeñaba como telegrafista La estación se encontraba ubicada al poniente de las vías dando la espalda al cerro Cantillana, una de las mayores alturas de la cordillera de la costa y casi siempre cubierta de nieve en los meses de invierno y hasta bien avanzada la primavera. Por el oriente el Chayay y entre ambos rumoroso serpentea el río Angostura. El último Jefe de Estación de Angostura fué Don Armando Elorrieta González (Q.E.P.D.). Hoy ahí no hay nada. Solo puede observarse las curvas y contracurvas de la vía ferroviaria que se entregan mansamente al tráfico de trenes que se deslizan serpenteándo en medio de un bucólico paisaje, a pocos metros de la carretera.

ENTRE LAS DOS CORDILLERAS

En Angostura nací. Ferroviario fué mi padre,
los trenes me arrullaron en los brazos de mi madre,
entre el río y la montaña, el viento sur resoplaba,
y con estruendo salvaje rayos y truenos sonaban.
En esa noches de invierno, en esas noches heladas
entre las dos cordilleras de cumbres tan elevadas,
mi madre me dió la vida en una fría mañana,
en ese apartado sitio de condición singular,
en donde el Cantillana se abraza con el Chayay.-




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Acerca de mí

Mi foto
¿Qué podría decir?... Bueno.. ¿Qué es la vida?, una ilusión. ¿Qué es la vida?, un frenesí. Que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.- Calderon de la Barca).... y siguió soñando.... Los recuerdos son el aroma del alma..-Mi vida se fue plasmándo entre estaciones y trenes. Aprendí telégrafo antes de ir al colegio. Mi padre fue Telegrafista en gran cantidad de estaciones que apenas recuerdo y Jefe de Estación. Yo y mi hermano Juan Arnoldo seguimos sus pasos. Estuvimos desde Alameda a Talca en la mayoría de las estaciones que en esa época eran el eje y motor del desarrollo del país. Fuí ferroviario y creo que aún lo soy.-

Cuantas personas han pasado?

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