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lunes, 29 de diciembre de 2008

CIUDADES Y PUEBLOS . CANTINAS Y BARES

A la salida de las estaciones ferroviarias, estrategicamente se instalaban bares, cantinas y pequeños negocitos que surtían de golosinas y vituallas a los pasajeros que normalmente utilizaban este medio de transporte. Recuerdo con especial énfasis, un restaurant ubicado a la salida de la estación de San Bernardo, conocido como "Las Indias", casi al lado de la Farmacia Prat, justamente en la calle Prat y un poco mas allá en Barros Arana , en la misma esquina " el Italiano" Era un verdadero Barrio Chino en donde concurría el personal de la maestranza ferroviaria a refrescar la garganta, como decían ellos. Al otro lado cruzándo las vías férreas de la vieja y hermosa estación de San Bernardo, en la esquina de Baquedano con Varas, estaba Tamayo, cantina o restaurant que funcionó tantos años hasta que su dueño falleció. En la esquina opuesta un viejo y hermoso castillo, un verdadero monumento, demolido sin razón, como todo lo que se hace en Chile, en donde aun puede verse dos enormes palmeras que adornaban la entrada del recinto. En esa calle Varas, recuerdo con mucha nostalgia a personas que marcaron profundamente mi existencia, María Eugenia Sims, una reina. Alta, bella y distinguida. Nunca más la ví, como tampoco nada supe de aquellos antiguos camaradas, el Chueco Mondaca, el Negro Ahumada y de otros compañeros y amigos que vivían en ese sector, Darío Ríos, Camilo, Marina y Gloria Ríos. Se esfumaron en el tiempo. Ahora solo he visto por ahí una enorme feria de chacareros que lo invaden todo. Ferrocarriles comfinó el recinto ferroviario y se construyó una pasarela que cruza todas las vías férreas desde la calle Covadonga hasta Baquedano en donde hasta hace poco funcionaba el Dragón Rojo. Todo eso de pronto se acabó. Desapareció de a poco el publico y las cantinas fueron muriendo, así como murió la Maestranza Central y la hermosa estación de San Bernardo fue declarada patrimonio ferroviario en el Gobierno del presidente Aylwin, conservándose solo sus cuatro caras exteriores, eliminando todas las oficinas; equipaje, boleterías, oficina jefe estación, sala de espera y el servicio médico, Hoy de todo eso no queda más que la fachada y la cabina de movilización, en que tambien su actividad solo se restringe al anuncio de los trenes por los altavoces, ya que todo el sistema de señales y cambios de vía lo ejecuta una Oficina desde Alameda con un moderno servicio de señalización C.T.C. ( Control Tráfico Centralizado) con un sistema de control remoto computarizado, por lo que la estaciones han pasado a ser solo expendedoras de boletos,con un intenso trajín de público que vá y viene en donde ni siquiera se percibe el antiguo aroma ferroviario que otorgaba a las estaciones un especial encanto, que el progreso y el dinamismo hizo desaparecer hasta convertirlas solo en puntos de referencia, pero a pesar de todo los nostálgicos de ferrocarriles, como yo y como muchos, coleccionan fotos de antiguas estaciones, de viejas locomotoras a vapor, negras y enormes como las del tipo 1100, que se desplazaban desde Alameda a Puerto Montt, manejadas por maquinistas enfundados en overoles oscuros y anteojos de protección que les otorgaban un aspecto irreal. Hoy los modernos y cómodos automotores que han acortado los tiempos de viaje corriéndo por un tendido de rieles soldados en una cama de ripio y traversas de hormigón armado han hecho olvidar el traqueteo característico y romántico de un pasado lleno de gloria para Ferrocarriles del Estado. Equipajeras, coches dormitorio, coches comedor y coches de primera de origen alemán, coches Pullman etc, ha pasado al olvido, por lo que es reconfortante visitar algunos Blogs, Amigos del tren, Museo ferroviario y otros que mantienen vivo el espíritu carrilano. Las estaciones dieron origen a pueblos y ciudades que fueron creciendo en el tiempo y vieron desaparecer de a poco las estaciones las que se convirtieron en paraderos de metros-tren, cada día mas tecnificados.

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¿Qué podría decir?... Bueno.. ¿Qué es la vida?, una ilusión. ¿Qué es la vida?, un frenesí. Que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.- Calderon de la Barca).... y siguió soñando.... Los recuerdos son el aroma del alma..-Mi vida se fue plasmándo entre estaciones y trenes. Aprendí telégrafo antes de ir al colegio. Mi padre fue Telegrafista en gran cantidad de estaciones que apenas recuerdo y Jefe de Estación. Yo y mi hermano Juan Arnoldo seguimos sus pasos. Estuvimos desde Alameda a Talca en la mayoría de las estaciones que en esa época eran el eje y motor del desarrollo del país. Fuí ferroviario y creo que aún lo soy.-

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