Mi nieto ingresará el próximo año 2009 a 1º Medio. El recuerdo de aquellas reuniones con apoderados diferentes con opiniones diversas, con puntos de vista que reflejaban su formación, su entorno, las influencias recibidas y en general la educación y su manera de vivir y desarrollarse en villas, poblaciones o condominios que habían logrado modelar su carácter y su filosofía de vida. Era escaso el aporte que los apoderados entregaban. El curso era manejado por una directiva férreamente unida para formar un espíritu de cuerpo difícil de doblegar. En ese entorno yo era una isla, la mayoría mujeres y solo un par de hombres conformaban la asamblea. Fiel a mi costumbre y a la tradición me negaba en aprobar acuerdos que la misma directiva se encargaba de desconocer. La secretaria cabeza gacha tomaba apuntes que de nada servían ya que nunca se leyó un acta, por lo que ningún apoderado sabía que acuerdos se tomaban los que rapidamente pasaban al olvido. En realidad todo era un caos, pero a pesar de eso lucharon ardorosamente por sacar las cosas adelante culminando estas con una estupenda licenciatura el día 10 de Diciembre, esos eran los alumnos del 8º año A. curso que dirigía la profesora de Religión María Georgina. Y así llegó el término de una etapa en medio de la alegría, la satisfacción con algunas penitas y lágrimas. Terminaba así una jornada escolar, la educación básica. Profesores, compañeros y amigos ya no serían los mismos y muchos se desvanecerían en el tiempo, en la distancia y quizás si tambien en el olvido. Ahí permanecerá el querido colegio. Seguirán desplazándose por pasillos, salas y patios, en medio de jardines rodeados de árboles que fueron creciendo así como maduraban los niños que pequeñitos aparecieron sorprendidos y bulliciosos desde el mismo Kindergarteen. Los queridos y odiados profesores, aquellos camaradas de banco, de juegos, de proyectos, de intenciones, las miradas furtivas de compañeras que fueron trasformandose. Ya no estará con ellos su profesora jefe, amiga y mamá que luchó día a día para corregir y desarrollar a jóvenes que más temprano que tarde entenderán un poco ese maravilloso momento de sus vidas, cuando aún eran unos niños y que de pronto con un solo golpe de timón cambió su ruta para empezar una etapa nueva que los llevará al éxito o al fracaso. Todo dependerá de ellos y Dios quiera que tomen una decisión acertada.-En mi calidad de apoderado de mi nieto Gonzalo, tambien echaré de menos esas reuniones en que con lluvia, frío o calor, escuchaba las quejas de María Georgina, la Profesora Jefe, sentado ahí en los mismos pupitres de nuestros hijos. Bueno, dicen que el tiempo no tiene tiempo, pero cada vez que enfrente el hermoso Colegio Santa María de Paine será para revivir en un segundo un millón de escenas.
