Buscar este blog

sábado, 17 de julio de 2010

COSAS OLVIDADAS

Cada cierto tiempo pienso en todas aquellas cosas del pasado, algunas muy importantes y otras algo triviales pero que al enlazarlas tejen un entramado en donde emergen situaciones y hechos que cobran importancia, que cobran vida, que nos ofrecen un panorama lleno de alegrías. penas y sufrimientos saturados en remordimientos por cosas que hicimos y remordimientos por algo que no hicimos, un " rimpianto y un rimorso". Bueno, pero así es la vida, y muchas son las causas que convergen en su desarrollo. Por aquel tiempo todo era diferente y el pensar en eso surgen como fantasmas, recuerdos con evocaciones profundas y nostalgias que sin quererlo nos entregan visiones repentinas en un silencioso llamado que llega a nuestros oidos muchas veces para hacer temblar el corazón en un llamado patético e irresistible. Mi madre, en casa trajinando por aquí y por allá y ese patio que era nuestro hogar en donde disputábamos y jugábamos y que alrededor de un brasero nos servía mate hasta que el agua se agotaba. Ahí estaban sus flores, su jardín, sus habitaciones, su cajita de costura, su silla y su máquina de coser que la había cuidado durante tantos años, tenía tres cajones a cada lado y uno central que se abría como un estuche repleto de botones agujas y algunas monedas que nosotros nos encargábamos de sustraer. Algo que nunca he podido olvidar y que se empeña en mortificar mi alma fueron aquellas palabras de mi hermano Juan Arnoldo camino a la estación en San Bernardo por aquella Avenida Portales. Lo hacíamos en silencio.Yo acababa de casarme en Paine y allá me esperaba mi esposa a la que amaba con toda mi alma y que sigo queriendo. Me cogió del brazo y con palabras que aún resuenan en mis oídos me dijo con tanta pena que al recordarlo se me oprime el corazón y a veces lloro, " no te vayas" me dijo con tristeza. El tono de su súplica me hizo vacilar, esas palabras se alojaron en lo más profundo de mi corazón . La vida se abre en nuestros destinos y cada cual elige el suyo, bueno, malo o regular depende en gran parte de nosotros. Muchas veces los caminos son inciertos, el entorno, los amigos y las tentaciones nos acechan y es entonces cuando debemos ampararnos y fortalecer el espíritu y el ánimo y a pesar de que no soy creyente no estoy en contra de ello porque se que esto genera comportamientos y conductas positivas salvo error u omisión pero aquel instante cuando anochecía el pedido de mi hermano me persigue y al recordarlo me entristezco, pues comprendí de pronto lo que para el significaba.



LA VIDA SIMPLEMENTE.

En mis primeros años de Aspirante Suplente en Ferrocarriles a los 19 años fuí destinado a Barrancas una estación ubicada entre Llo-Lleo y San Antonio en el Ramal de Cartagena. Todo era nuevo para mi, cada día iba almacenando experiencias. Debí compartrir una casa que la Empresa les proporcionaba a los funcionarios solteros. El Negro Alfonso Ramírez Hinojosa, que había llegado de Rancagua, algo hosco y con aspecto de boxeador. Juanito Pastén que nunca supe nada de él, solo que no podía dejar de ir a misa todos los domingos. Yo creo que estaba enamorado de alguna beata porque en su vida diaria no era muy católico, además de perverso y malintencionado. En una oportunidad nos confesó que siempre deseó ser diácono Había otro colega que alojaba con nosotros y que despreciábamos sin motivo, solo por que a nadie le caía bien. Ni siquiera era feo y en vez de corbata como exigía el Reglamento usaba una corbata humita. A lo mejor era por eso. De los que ahí dormían y cuyas camas se distribuían en una gran sala y en su centro iluminaba la pieza una gran ampolleta de mercurio. Como yo debía levantarme antes de las siete de la mañana era de los primeros en acostarme. Ellos llegaban mas tarde metiendo bulla medios entonados, casi cocidos y como yo era el mas nuevo me decían de malos modos "apaga la luz Venegas" y yo apagaba la luz a pesar de que el interruptor se encontraba a la misma distancia de todos y eso lo aceptaba y apagaba la luz bajo protesta, solo porque era pajarito nuevo pero debo reconocer que nunca fuí muy manso, hasta que una noche y como de costumbre llegaron tarde y como siempre curados. Dormía , apaga la luz Venegas. Me senté en la cama, me agaché, tomé un zapato y certeramente le dí a la gran ampolleta de mercurio un zapatazo que la hizo trizas . Listo, les dije. Esa fué la última vez que apagué la luz. Tiempo despuès supe que me habían bautizado como " el loco Venegas" .



CAPITULO APARTE.-

El trabajo en mi oficina de Tarifas era agotador. Fletes, cálculos y valores de mercaderías trasportadas en carros completos exigían una labor eficiente y certera y no había márgen para errores. Barrancas era la estación que atendía el Puerto de San Antonio con barcos venidos de todas partes del mundo y que zarpaban con maderas, cobre y de un cuantoay. Todo era muy dinámico y heterogéneo y la constante circulación de marinos exóticos le daba al puerto un signo especial. El personal ferroviario era numeroso. Formaban grupos y se entretenían a su manera. Yo en cambio a mi edad poco lo disfrutaba. La pensión frente a la estación era una casa particular de una señora viuda de apellido Izquierdo que tenía dos hijos de mi edad o algo así que eran jugadores de Basquetbol del Club Sparta de San Antonio y una lola de 15 años más o menos y muy bonita. Todo fue bien en un comienzo hasta que descubrí que tenía muchas regalías, era mejor tratado que mis coleguitas. Era normal que cada uno de nosotros fuera atendido en horarios diferentes, eso debido a nuestro trabajo. La señora Izquierdo hacía lo posible por quedar sola conmigo, llegué a sentír temor y miedo. ( como sería de leso) La veía cerca de mi a cada instante y a toda hora y muchas veces creí sucumbir bajo la tensión de su tristeza. Para mi era un suplicio lento, especialmente cuando se acercaba, me trataba de hijo peinaba mi cabello que en ese tiempo era abundante y que aún no se trasformaba en cenizas y me hacía cariño. Yo me quedaba pensativo. Solo observaba. Era muy hermosa aún y aparentemente la veía cambiada, ya no tenía ánimo para sus hijos y al parecer yo estaba ocupándo ese lugar y frecuentemente como al descuido me acariciaba el pelo con sus delicadas manos en donde lucía en el anular dos brillantes anillos de oro. Me preguntaba si me tendría lástima o la impresionaría mi tristeza. Bueno eso de la tristeza era porque era más leso que una puerta y no me daba cuenta de las cosas. Aquel año se acercaba la Pascua que era la época mas alegre y felíz del año según ella y lo preparaba todo. Una buena tarde en que estábamos solos al llamarme se acercó a mi y me dijo coloquialmente, ven, confia y obedece. Así lo hice. La seguí a un pequeño saloncito. Se me quedó mirándo y me dijo cautivadoramente mientras tomaba mis manos, ¿ en que piensas? Bueno en ese momento entendí todo. Pensé que ella tenía la edad para ser mi madre, pero no lo era, tenía yo un poco más de 19 y pensaba solo en mi pololita de San Bernardo a la que le dedicaba todos mis pensamientos. Suavemente repitió ¿ en que piensas? mientras me acariciaba el pelo. La miré a los ojos y respondí entre asustado y con verguenza, en darte un beso. Pasaron algunos minutos y la puerta se abrió de pronto y entró su hija, " mamá, mamá gritó y salió escapándo. Fue la última vez que visté esa pensión....... , pero no la última en verla. ....Continuará

GuiaBlog

certificado por
GuiaBlog
autos usados

Acerca de mí

Mi foto
¿Qué podría decir?... Bueno.. ¿Qué es la vida?, una ilusión. ¿Qué es la vida?, un frenesí. Que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.- Calderon de la Barca).... y siguió soñando.... Los recuerdos son el aroma del alma..-Mi vida se fue plasmándo entre estaciones y trenes. Aprendí telégrafo antes de ir al colegio. Mi padre fue Telegrafista en gran cantidad de estaciones que apenas recuerdo y Jefe de Estación. Yo y mi hermano Juan Arnoldo seguimos sus pasos. Estuvimos desde Alameda a Talca en la mayoría de las estaciones que en esa época eran el eje y motor del desarrollo del país. Fuí ferroviario y creo que aún lo soy.-

Cuantas personas han pasado?

Archivos del blog

Etiquetas