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domingo, 2 de mayo de 2010

EN AQUELLOS DIAS

Cada vez que pienso en aquellos días, mi alma se llena de melancolía. Parece un verso pero no lo es. Es sólo el comienzo de una historia cuyos hechos son reales, los personajes son reales y algunos no tanto. Los jugadores del Club de Fútbol Torino de San Bernardo era una verdadera mafia con algo de mosqueteros en un tiempo en que nos creíamos inmortales, algo conflictivos, irreflexibos y tunantes. El chileno Guerra, el Nolo Venegas, Toti Gómez, Pelúo Maldonado, Pato Mora, Droguett, Rolando Carrera, Vinet, Benavides y tantos otros que ni se si existen. La esquina de la Plaza Guarello en donde convergen Pérez con Nogales nos instalábamos cada noche a echar la talla en buena, no como ahora. Nos reíamos de todos y tambien de nosotros mismos. Éramos un grupo de alegres amigos. Concurriamos regularmente a misa y al mes de María porque el sacristan un tal Valenzuela a quién bautizamos como Carote Valenzuela jugador del 2º equipo del Torino nos invitaba después de cada partido y tambien previo a el a la sacristía en donde le tomábamos el vino añejo al señor cura. Eso creo que gatilló el alcoholismo en algunos, pero todo lo hacíamos por amor a Dios empinándo el codo a la vez que decíamos "hasta verte Cristo mío", por lo que había en mi corazón una lucha continua entre lo falso y lo verdadero ¿ que será del sacristán Valenzuela? recuerdo que llegaba con sotanas al camarín, se las sacaba y abajo no tenía nada, bueno, algo tenía, casi siempre venía equipado, pero era realmente malo y la hinchada rival lo tapaba a garabatos con tallas grado 3, pero Carote no estaba ni ahí. Tantos recuerdos de gloria, tanta grandeza pasada. Había un niño cuyo nombre lo he olvidado pero no su apellido: Mercado. El era el artista en ciernes del sector, imitaba muy mal a Firulete y asistía a cuanto evento se hacía y normalmente era pifiado y eso era lo más divertido, tambien cantaba o por lo menos lo intentaba. Era malo en todo pero con una personalidad y desplante que ya se la quisiera Pinilla. Su polola, una morochita coqueta y casquibana a la que le decían la toalla lo traía vuelto loco y a pesar de haberla sorprendido muchas veces infraganti le perdonaba sus pecados Creo que la amaba, pero un día le metimos en la cabeza que más de alguno de nosotros había disfrutado de sus favores. La pololita en cuestión no era una barbie, más bien una pepona de piernas largas y delgadas, muy delgadas y su cara que a cualquier precio era cara. Debes terminar con ella nuca de fierro, le dijimos. Eres el hazmerreir del pueblo. No te respeta, como hombre. Castígala. En ese tiempo no se hablaba de los derechos de la mujer ni de machismo ni feminismo. Mercado aceptó terminar con ella y la citó para juntarse detrás del Kiosko de las papas fritas en Plaza Guarello y varios de nosotros ubicados estrategicamente cerca de ahí. Lo habíamos aleccionado por lo que esperábamos una escena violenta. Lo disfrutábamos. Llegó Mercado lleno de coraje y ella sumisa. La saludó secamente, ella respondió con ternura"hola cariñ0" Pienso que al oirla, Mercado vaciló, guardó silencio un instante porque el hombre tenía condiciones de artista dramático y siempre estaba hablándo de Marlon Brando o de James Dean con quien se identificaba, entonces la Juana lanzó un suspiro y le vino la inspiración a Mercado y habló " los suspiros son aire y van al aire, las lágrimas son agua y van al mar y el amor cuando se acaba ¿ a dónde vá?..... y antes de dar la media vuelta le dijo con firmeza " se quebró el disco historia de un amor. No volverá a tocarse.". Continuará

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¿Qué podría decir?... Bueno.. ¿Qué es la vida?, una ilusión. ¿Qué es la vida?, un frenesí. Que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.- Calderon de la Barca).... y siguió soñando.... Los recuerdos son el aroma del alma..-Mi vida se fue plasmándo entre estaciones y trenes. Aprendí telégrafo antes de ir al colegio. Mi padre fue Telegrafista en gran cantidad de estaciones que apenas recuerdo y Jefe de Estación. Yo y mi hermano Juan Arnoldo seguimos sus pasos. Estuvimos desde Alameda a Talca en la mayoría de las estaciones que en esa época eran el eje y motor del desarrollo del país. Fuí ferroviario y creo que aún lo soy.-

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