PAINE Y AQUELLOS PINTORES.-

En esta sencilla cronología no hay nada exitante ni glorioso. Podría ser el obituario de aquellos paininos que vivieron y algunos que aún viven a duras penas y que destacaron en el arte de la pintura. Debo reconocer que nada se de eso y escasamente puedo distinguir una acuarela de un oleo, sin embargo......me gusta adornar las paredes de mi casa con copias de pinturas famosas.- En la pequeña comuna de Paine, en donde casi todos se conocen, o se conocían, ya que hoy todo ha cambiado y cada día con más fuerza, ya nada es lo mismo. Las antiguas familias han emigrado o han desaparecido, esto último es lo más probable. Paine era entonces poco más que una aldeón triste y dormido, con una calle que pomposamente denominaban Avenida General Baquedano paralela a la vía férrea formándo simbiosis y la Avenida 18 de Septiembre que corría de oriente a poniente para formar una gran T al colisionar con Baquedano al llegar a las vías ferroviarias La única entretención de la localidad era el fútbol, el Tricolor de Paine el Club Ferroviario , Las Colonias, Colonia Kennedy y alguna que otra actividad menor, como la Rayuela . El pequeño pueblo dormía y así transcurría su bucólica existencia, con el trajín de sus escasos habitantes que acudían a misa los domingos al son de la campana de la pequeña capilla que se alza en la calle La Concepción a un costado del colegio María Ana Mogas.

Había tres o cuatro taxis del año del cuete: el Pelao Rodríguez, Nano Cornejo, Pereco Flaco y Pereco Gordo que se estacionaban frente a la Estación. Por las mañanas el primer bus a Santiago a las 8 en punto manejado por el inefable Pascualito Manzor ( Q.E.P.D.). y el Tren Local que circulaba de Rancagua-Alameda a las siete en donde se transportaba pollos, gallinas y huevos que eran comercializados en la calle Exposición, mientras un par de veteranas que subían en San Francisco de Mostazal vendían empanadas y tortillas a los hambrientos y adormilados pasajeros en los coches de tercera, que en el gobierno de Don Eduardo Frei Montalva fueron designados como vagones de segunda, pero que en realidad eran los mismos coches de tercera . En esa época los trenes circulaban convoyados por locomotoras a ´vapor, lo que era todo un espectáculo pero que no llamaba la atención pués era todo lo que había, unos años después llegaron modernas locomotoras Diesel eléctricas y en ferrocarriles todo empezó a cambiar.

Muchas ciudades y pueblos tienen años de historia, Paine no la tenía. Nació como nacen todos aquellas localidades al lado de las estaciones ferroviarias para crecer poco a poco, desordenadamente, sin plan, sin estilo, sin trazado, solo una doble línea de casas de adobe chatas y blanquedas con cal y techos de lo que tenían a mano. La Estación ferroviaria, el Correo y la Municipalidad era todo lo que había, pero eso bastaba, ya que no existían mayores demandas. Actividades culturales muy pocas: una escuela primaria con aquellos maestros de entonces: la señora Juana Gallegos, Don Julio Morales , Elsa Sagredo, Héctor Fernández Aguila, Humberto González, ah! y el señor Pizarro que vivía soñando con la igualdad y otras filosofías. Dos grandes almacenes en la calle Baquedano con Campino, uno frente al otro, El del lado sur de Don Manuel Ortíz Caravia y su competidor Don Guillermo Reyes Hoppin propietario a la vez del único Bar, en donde aún es posible ver en la vereda baldosas rojas con el nombre impreso, " ALMACÉN LA ECONOMÍA". BAR PAINE que era el punto de reunión de obreros, campesinos y empleados que chupaban unos mas que otros mientras sus concesionarios, el Guatón Piña, primero, el Charo Jara y el último que conocí Juancho Carreño que había llegado desde Parral en un grupo que conformaban René Maureira, Guillermo Páez, Verdejo, Fernández y el viejo Mercado . Creo que todos han muerto porque no hé vuelto a verlos, , o deben estar muy viejitos. Y ahí sigue lo que fué el Bar Paine, solo que ahora su lugar es ocupado por una tienda en donde la jóven y hermosa señora Guillermina establecida en ésta ciudad dejando atrás su querida Concepción para dedicar su tiempo, su imaginación y sus esfuerzos a una gran tienda de ropa, artículos de regalo y muñecas, muchas muñecas .

Cada vez que enfrento la querida y noble Avenida Baquedano, inexorablemente acuden a mi memoria un montón de hechos pasados con amigos y personas que se perdieron en la distancia y en el tiempo. ......." la juventud, el amor, lo que se quiere ha de irse con nosotros, miserere, la luz de los astros lentamente muere y quizás si hasta la muerte misma que nos hiere, también tendrá su muerte, miserere ".......( José Dgo Gómez Rojas, Chileno)....,........


MARCO ANTONIO MELLA TORREJÓN

Destacaron en esos años, décadas de los setenta algunos pintores : Marco Antonio Mella Torrejón, un antiguo funcionario de Correos y Telégrafos, un hombre de buen porte, educado, gran lector y amante de la música clásica en donde podía distinguir a Bach a Mozart, Beethoven, Haendel y sus oratorios a los primeros sones algo que provocaba admiración y respeto. Dedicaba sus horas libres a pintar sin descanso. Creo que no tenía estudios y escasamente había llegado a completar su educación básica según propia confesión por lo que obviamente era un doble mérito que el lucía orgulloso en su humildad de siempre. La pintura lo atrapó al igual que la música clásica y los libros en donde adquirió sólidos conocimientos. Su conversación era fluida y reposada. Era algo presumido con alardes que trataba de disimular inutilmente al explayarse sobre autores . Gran lector, devoraba todo lo que caía en sus manos por lo que llegó a tener una amplia cultura. Era grato conversar con él sobre autores famosos y sus obras y lo disfrutaba especialmente cuando su interlocutor en eso era inferior, lo hacía con sencillez y casi sin presumir.

Sus cuadros muchas veces, según mi personal punto de vista eran algo meláncolicos y tristes , creo.......... pero eso no era óbice para entender su virtud y el valor de su obra en que combinaba una extrema sencilléz y naturalidad. Mella, llegó a montar una exposición en el Hall central de la Dirección general del Telégrafo del Estado en Morandé esquina de Moneda lo que lo llenó de orgullo y satisfacción. Ese fue su mayor logro. Aún es posible ver en más de algún hogar painino una acuarela con su firma. Marco Antonio Mella falleció hace algún tiempo y quiero decirle desde aquí que guardo por él, un buen recuerdo ..................... y, una de sus acuarelas.-



Hubo otros pintores: Juan Díaz Fleming, que contrajo matrimonio con la señorita Betty Parraguéz ambos profesores que en determinado momento se radicaron en Arica por lo que nunca supe nada mas de el. Fernando Pérez, Segundo Donoso tambien destacaron en la comuna de Paine como pintoresy cuyos nombres y figuras permanecen vivos en el recuerdo colectivo pero que poco a poco empiezan a diluirse............ pero no sus obras.- ( Antecedentes proporcionados por Manuel Farías antiguo painino) ... continuará.....................

FERROCARRILES DEL ESTADO.---EFE.-- TRENES METROPOLITANOS

El primer tren que circuló entre Alameda y San Bernardo fué en el año 1857. 17 kilometros de vía férrea que daba paso al sueño a la ilusión y al progreso. El eje y motor del país, un dínamo que movería toda la economía nacional . Transcurrieron 157 años en que el largo esqueleto de rieles y durmientes sintió el peso y el traqueteo de miles de trenes con millones de toneladas de materia prima y millones de pasajeros de todos los lugares de Chile, y todos los ramales que conducían al mar y a la cordillera atravezándo puentes, túneles escarbados en montañas con locomotoras que jadeaban asmáticas subiéndo y bajándo laderas de día , de noche, con viento lluvia, nieve superándo obstáculos para aterrizar en estaciones pequeñitas y casi olvidadas que aparecían de pronto en medio de caseríos y poblados que dormían para sorprender a sus habitantes de ritmo cansino en donde nada los apuraba para admirar la belleza y destreza de trenes de carga y de pasajeros que miraban curiosos a lugareños que ofrecían sus productos apresuradamente mientras el convoy reiniciaba su marcha después de un pitazo largo que sonaba a despedida y el silbato del conductor con su brazo levantado para bornear su mano encimad de su cabeza. El tren se iba entonces para iniciar su eterna marcha cortándo como una navaja campiñas y valles mientras en su interior florecía la vida con aquella maravillosa y nostálgica música en que ruedas y rieles componían una sinfonía.
Por todo eso que se fué y se perdió en el tiempo es que hé querido visualizar un trocito de mi vida ferroviaria y regresar para contemplar parte de ese entorno que marcó parte de mi existencia: Yungay, Espejo, San Bernardo, Nos, Buín, Linderos, Paine, Hospital, San Francisco Graneros ,Rancagua y tantas más Debieron pasar más de 150 años, y poco a poco todo empezó a desaparecer. Los más de 1000 kilometros que hay de Alameda a Puerto Montt, descansan en paz. Las viejas estructuras y las ruinas de mis recuerdos estaban ahí como un testigo mudo, nostágico empobrecido y olvidado. Murió ferrocarriles del Estado, tambien murieron las estaciones, los ramales y los trenes, de pronto todo se convirtió en EFE y ahora en Trenes Metropolitanos, en Merval, en Bío tren, en Fepasa, en ferronor y en...no se qué. Aún no termina esto. ¿Que pasará mañana? Continuará.


PASARON LOS DIAS, PASARON LOS MESES.....PASARON LOS AÑOS..........

Durante muchos años había viajado constantemente en trenes locales, en trenes expresos, en máquinas en autocarriles de una estación a otra reemplazándo Movilizadores, Telegrafistas, Boleteros, Jefes de Estación, por lo que las estaciones eran mi segundo hogar, el querido refugio en donde cada día se conocía y me relacionaba con personas diferentes, sencillos, que habían hecho con ferrocarriles una amable amistad. Gente buena, cariñosa especialmente en lugares y pueblos pequeños en donde se conocían todos y todo se relacionaba con las estaciones y la llegada de aquellos viejos trenes de pasajeros perfumados de paisajes, de humo y de distancias que provocaba un especial embrujo envueltos en mágicos sueños. Como era hermoso ver correr esas grandes locomotoras a vapor del tipo 1.100 de 50 metros de largo negras y brillantes arrastrándo 30 carros en una especie de desfile infernal y aterrador entre pitos y campanas con la estación y el entorno envuelto en humo que permanecía largo tiempo aromándolo todo con un penetrante olor a carbón de piedra que mucha gente disfrutaba. Muy pronto desaparecieron éstas moles de acero y las últimas máquinas en circular fueron las del tipo 80. La 841- 842- 843-844, que llegaron el año 1954 y desaparecer en la segunda zona(Alameda a Talca) en los años 60`para dar paso a las Diesel eléctricas y posteriormente a la Electrificación. Continuará......