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sábado, 4 de octubre de 2008

Desde muy pequeños y quizás por no existir otra alternativa o porque sencillamente habíamos recibido algún tipo de influencia, supongo por parte de mi madre que la mayor parte del . tiempo libre lo dedicaba a la lectura, pasión que nos trasmitió casi a todos. Había seleccionado de sus lecturas los nombres de sus futuros hijos, que felízmente fueron cambiados a medida que los personajes de sus libros eran otros. Siempre he recordado los nombres que según contaba mi madre había memorizado para cada uno de nosotros " Diomedes, Policarpo, Artemisa, Eros, Aquiles, Eneas etc", menos mal que cambió de lectura pero prevalecieron los nombres que a ella le gustaban "Róbinson, Nélson, Arnoldo, Mireya, Juan de Diós, Jaime". Bueno, fuimos creciéndo y aprendiendo poemas como en una competencia y además que en los colegios eso era obligatorio. Mi hermano Nélson, tenía su caballito de batalla.-
" Ven para acá pilluelo"0 Consejo Maternal de Olegario Andrade, poeta argentino.-

Ven para acá pilluelo, me dijo dulcemente mi madre cierto día,
aún parece que escucho de su voz la celeste melodía
Ven y dime que causas tan extrañas te arrancan esa lágrima hijo mío
que cuelga de tus trémulas pestañas como gotas cuajadas de rocío.
Yo prorrumpí a llorar, madre, le dije, las causas de mis penas las ignoro,
pero de vez en cuando se me oprime el corazón y lloro.
Ven para acá pilluelo. Tu tienes una pena y me la ocultas.
No sabes que la madre más sencilla sabe leer en el alma de su hijo
como tu en la cartilla ? Ven para acá pilluelo, que con un par de besos en la frente,
disiparé las nubes de tu cielo.
Mi madre inclinó la frente pensativa, se nubló su pupila,
y enjugándo sus ojos y los míos, me dijo más tranquila:
Hijo mío, llama siempre a tu madre cuando sufras,
que vendrá muerta o viva,
si está en el mundo a compartir tus penas, o si no a consolarte desde arriba.
Y así lo hago. Cuando la suerte ruda, perturba de mi hogar la calma,
invoco el nombre de mi madre amada,
y siento entonces que se me ensancha el alma-
.-
Mi hermano Nélson, actual profesor del Instituto Nacional y con deseos de jubilar, recuerda hasta hoy esos dichosos pasajes de nuestra infancia. Como asimismo mi hermano Juan Arnoldo con su poema :

LA VACA BERMEJA DE Pezoa Véliz.

Lentamente venía la vaca bermeja,
por el campo verde, todo lleno de agua,
"Hazla correr hombre, la mujer gritaba"
y el viejo decía " si viene empastada"
Por fin junto a una alambrada,
cayó muerta la vaca bermeja
La vieja y el viejo lloraban.-


Mi hermano Arnoldo era un tipo muy especial y se especializaba en poemas cortos y uno que sinceramente no hé podido recordar y que el lo anunciaba como de ambiente picaresco, su título "La Cama".- Y así transcurría el tiempo. Mis poesías eran largas y para ellos muy aburridas. AL PIE DE LA BANDERA De Victor Domingo Silva, Los Motivos del lobo de Rubén Darío o Mi
Vaquerillo de José María Gabriel y Galán.

Hé dormido ésta noche en el monte
con el niño que cuida mis vacas.
En el valle tendió para ambos
el rapáz, su raquítica manta,
!y se quiso quitar, pobrecito!
su blusilla y hacerme almohada
Una noche solemne de Junio
una noche de Junio, muy clara...
Los valles dormían
los buhos cantaban,
sonaba un cencerro,
rumiaban las vacas...
Y una luna de luz amorosa,
presidiéndo la atmósfera diáfana
inundaba los cielos tranquilos,
de dulzuras sedantes y cálidas.
¡Que noches, que noches!
¡Que horas, que auras!
¡Para hacerse de acero los cuerpos!
¡Para hacerse de oro las almas!
Pero el niño que solo vivía.
Me daba una lástima.
Recordar que en los campos desiertos,
tan solo pasaba, las noches de Junio
rutilantes. medrosas,calladas,
y las húmedas noches de octubre
cuando el viente menea las ramas,
y las noches del turbio febrero,
tan negras, tan bravas,
con lobos y cárabos,
con vientos y agua!...
Recordar que dormido pudieron
pisarlo las vacas,
morderle en los labios,
horrendas tarántulas,
matarlo los lobos,
comerlo las aguilas!...
¡Vaquerito mío!
¡ Cuán amargo era el pan que te daba!.
Yo tenía un hijo pequeño
-hijo de mi alma-
que jamás lo dejé sin tu madre,
sobre ti no tendía sus alas,
y si un hombre duro
le vendiera las cosas tan caras!...
Pero ¿ que van hablar mis amores
si el niñito que cuida mis vacas
tambien tiene padres
con tiernas entrañas.?...
Hé pasado con él ésta noche
y en las horas de más honda calma,
me habló la conciencia
muy duras palabras...
Y le dije que sí, que era horrible...
que llorándo mi alma ya estaba.
El niño dormía
cara al cielo con plácida calma;
la luz de la luna
puro beso de madre le daba.
Y el beso del padre,
se lo puso mi boca en su cara.
Y le dije con voz de cariño
cuando ví clarear la mañana
-¡Despierta mi mozo,
que ya viene el alba
y hay que hacer una lumbre muy grande
y un almuerzo muy rico...Levanta.
Tu te quedas luego guardándo las vacas
y a la noche te vas y las dejas.
¡San Antonio, bendito las guarda!...
Y a tu madre a la noche le dices
que vaya a mi casa
porque ya eres grande.
Y te quiero aumentar la soldada


Era una época sin televisión ni celulares. Solo el deporte ocupaba gran parte de nuestro tiempo por lo que nuestra familia disfrutaba de esos momentos especialmente cuando llegaba la tarde, casi siempre alrededor de un bracero con una tetera de agua hirviéndo y mi madre repartiéndo el mate a cada uno de nosotros.

LAS ABANDONADAS.-por JULIO SEXTO.-

Cómo me dan pena las abandonadas,
que amaron creyéndo ser tambien amadas.
Y van por la vida llorando un cariño,
recordando a un hombre, y arrastrando un niño.
Como hay quien derribe del árbol la hoja ,
y al verla en el suelo, ya no la recoja
y hay quien a pedradas tire el fruto verde
y lo eche rodando, después que lo muerde.
Las abandonadas son frutas caídas,
del árbol frondoso y alto de la vida
son más que caídas, fruta derribada
por un beso artero, por una pedrada.
Por la calle ruedan estas tristes frutas
como maceradas. manzanas intutas
y en sus pobres cuerpos antaño turgentes
llevan la indeleble marca de sus dientes.
Tienen dos caminos para escoger
el quicio de una puerta honrada
o el harém del vicio
y en medio de tanto y tantos rigores
hay quien al hablarles, le hable de amores.
Aquellos magnates que ampararlas pueden
mas las precipitan para que más rueden
y hay quien se vuelve su postrer verdugo
queriendo exprimirlas, si aún les queda jugo.
Las abandonadas son como el bagazo
que alambica el beso y exprime el abrazo
si aún les queda zumo, lo chupa el dolor,
son triste bagazos, bagazos de amor.
Cuando las encuentro, me llenan de angustia,
sus senos marchitos y sus caras mustias
y pienso que llevan en su arrepentimiento
un hijo que es fruto del remordimiento.
El remordimiento,lo arrastra algún hombre oculto
que al ver a esos niños de blondos cabellos
yo quisiera amarlos y ser padre de ellos.
Las abandonadas me dan estas penas
porque casi todas son mujeres buenas,
son manzanas secas, son frutas caídas
del árbol frondoso y alto de la vida.
De sus hondas cuitas, ni el señor se apiada
porque de esas cosas Dios no sabe nada,
y así van las pobres, llorando un cariño,
recordándo a un hombre, arrastrando un niño.

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¿Qué podría decir?... Bueno.. ¿Qué es la vida?, una ilusión. ¿Qué es la vida?, un frenesí. Que el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.- Calderon de la Barca).... y siguió soñando.... Los recuerdos son el aroma del alma..-Mi vida se fue plasmándo entre estaciones y trenes. Aprendí telégrafo antes de ir al colegio. Mi padre fue Telegrafista en gran cantidad de estaciones que apenas recuerdo y Jefe de Estación. Yo y mi hermano Juan Arnoldo seguimos sus pasos. Estuvimos desde Alameda a Talca en la mayoría de las estaciones que en esa época eran el eje y motor del desarrollo del país. Fuí ferroviario y creo que aún lo soy.-

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